lunes, 8 de abril de 2013

Profes... pobres pero poderosos

Para los que no saben, soy una persona adulta. Que querrá decir con esto, se preguntarán ustedes. Bueno, me levanto todos los días a las 6 llego al colegio a las 7.30, esta vez no para hacer como que aprendo, sino para enseñar. En el colegio voy a hacer clases, invento pruebas, las corrijo, pongo notas, anoto en el libro a los que se portan mal, hago callar a la gente cuando dicen algo, pero no es chistoso, en fin, me convierto en una dictadora. Y de alguna manera u otra me sobrepongo al sueño día a día y después de una cantidad razonable de jornadas aparece una suma de dinero poco cuantiosa en mi cuenta del banco. Es decir, trabajo.
Y no tengo un trabajo cualquiera...
Soy profesora.
Soy profe...
la vieja...
La vieja de lenguaje.
Y sopesando todos los pros y contras, en realidad, soy bastante feliz. Los chicos dicen y hacen estupideces que me hacen reír y de vez en cuando aparecen con alguna genialidad que ilumina el día. Además, por cercanía de edad es divertido "jugar al profe" en horas de clases y tratarlos como cualquier otra sabandija el resto del tiempo.
Pero vamos a lo que nos convoca.
Recientemente he descubierto que, si bien los profesores no gozamos de un poder económico-adquisitivo que nos sitúe en el vértice superior de la pirámide social, tenemos un súperpoder que ya querrían los grandes empresarios de este país (si es que no lo tienen ya): creamos realidad.
¡Fíjense!
Tengo alumnos en 7° básico que están más perdidos que cuico en Lampa. No saben mucho de lo que tengo que enseñarles (ese es el punto de enseñarle algo a alguien, no?) y aceptan con una fe ciega todo lo que sus amados (y amedrentadores) profesores de media les enseñan. 
¿Qué el emisor es el que manda el mensaje? ¡Aprendido!
¿Qué Chile está entre los paralelos 17°29' y 56°32' Sur? ¡Así sea! 
¿Qué Roman Jackobson inventó el esquema comunicativo? ¡Aleluya!
¿Qué la hipotenusa al cuadrado es igual a la suma del cuadrado de los catetos? ¡Alabado sea el altísimo!
¿Qué Bohr descubrió la configuración electrónica? ¡Amén!
Y en fín. Todo lo que decimos es regla, la regla se aprende y lo que se aprende se cuenta.
¿Alguien había pensado alguna vez el potencial de este súperpoder?
Imaginemos lo siguiente. Entra el 7° básico y deben leer (por alguna razón desconocida) el "Romance de la luna luna" de Federico García Lorca. Alguno de ellos me pregunta ¿Quién es este señor? y yo osadamente le respondo "Es un uruguayo que murió hace 8 años y que le gustaba escribir sobre la influencia del rock pop argentino sobre las grandes temáticas latinoamericanas por medio de la figura del gitano en España"
VOILÁ!!
Nadie nunca notaría mi mentira y los chicos crecerían pensando que Lorca es Argentino y que el niño del romance representaba a... no se... Cerati. Y así generación tras generación enseñaría esto hasta que la información se difundiera everywhere y lentamente Lorca, la Guerra Civil Española, la xenofobia, la muerte y la luna lunera quedarían en el olvido.
Y tal vez "It scaled quickly" pero si fuera lo suficientemente carismática... ¿por qué no? 
Además, no es tan distinto a una de las principales funciones que ha tenido la educación dentro de las escuelas durante siglos. Escuela y estado siempre han tenido una vinculación media siniestra. ¿Qué enseñamos? Lo que está en el currículum nacional. ¿Y quién lo determina? Pues, un equipo de especialistas. ¿Y quién los escoge a ellos? El gobierno de turno. ¿Y por qué ellos? Porque comparten ideología. De modo que el currículum no solo prescribe los contenidos a enseñar en la educación formal, sino también un montón de contenido ideológico que se transmite de año en año, pero en una escala mucho más global que mi plan maligno de malgastar a Lorca.
Así que bueno, ni modo. Los profes no ganamos mucha plata, eso bien lo sabe todo mundo, pero si tenemos nuestra cuotita de delirio de poder.Y el que no me crea... pregúntele si Crepúsculo es literatura o no a mi 8°... explotarán sus mentes y sus traseros.

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