jueves, 5 de septiembre de 2013

Now, this is how it works

Yo se que esto no es mío, pero me quiero tomar unos segunditos de profana idolatría para relacar lo cul que es la siguiente cita. Regina Spektor, maestra.
This is how it works
You're young until you're not
You love until you don't
You try until you can't
You laugh until you cry
You cry until you laugh
And everyone must breathe
Until their dying breath

No, this is how it works
You peer inside yourself
You take the things you like
And try to love the things you took
And then you take that love you made
And stick it into some
Someone else's heart
Pumping someone else's blood
And walking arm in arm
You hope it don't get harmed
But even if it does
You'll just do it all again
Simplemente, ídola del electro-pop-rock-andino-alternativo.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Fatum funestum

"Parece una broma, pero somos inmortales. Lo sé por la negativa, lo sé porque conozco al único mortal." Así inicia "Una flor amarilla" de Julio Cortázar, fabuloso cuento de corte fantástico que más que extrañamiento me alivia, un poco, y luego me agota.
¿Alguna vez has conocido a alguien que es exactamente igual a un otro más? Precisamente de esto se trata la historia. Un hombre que se ve a si mismo en un chiquillo de 13 años quien, inesperadamente muere antes que él. Con la tragedia de la muerte sobreviene una aun mayor: su sucesor ya no existe más, su "yo" futuro ha muerto y con él su trascendencia, su posibilidad de inmortalidad.
Lo que podrá parecer un cuento fantástico responde, en realidad, a lo que en más de una ocasión hemos vivido (o he vivido) y he decidido nombrar "persona desplazada". La persona desplazada se sustenta en la base de que somos nada únicos y que siempre hay un otro alguien que es un "otro mismo", un yo con algunos años menos o algunos años más... o un yo hipotético, un "que hubiese pasado si..." por ejemplo, hubiese nacido en tal país, me hubiese criado en tal familia, hubiese tenido equis idioma o hubiese heredado aquel capital. Lo sé porque conocí a un yo hipotético, porque siendo todo lo recesiva que soy me he visto en, por lo menos tres personas más.
La persona desplazada es esa persona que es aquella otra. Esa aquella que demuestra ser perturbadoramente igual a otra, y deja la sensación de que son la misma, en realidad, desfasada.  La fotografía que no enfocó correctamente y retrata al mismo haz de luz con sucesivas y cada vez más tenues repeticiones.
Dice la teoría cuántica que nada es menos concreto y particular que una partícula de materia. Según el principio de incertidumbre, es imposible determinar la exacta posición y estado de una partícula, de hecho, constantemente efectúan saltos cuánticos que le permiten estar y no estar en un punto a la misma vez y, más impresionante aún, estar en más de un punto en exactamente el mismo momento.
Como señaló Niels Bohr, "Aquel que no se asombra cuando se encuentra por primera vez con la teoría cuántica es que posiblemente no se ha enterado de nada".
Y si esto pasa en tan pequeñas partículas de materia, porqué no habría de pasar en las personas que somos, finalmente, materia y alguna cosa más.
Las personas desplazadas son una de las cosas que más me perturban actualmente. Por razones fácilmente explicables, pero no por eso satisfactorias, hay personas que me producen la extraña sensación de que son alguien más, solo que hace algunos años atrás.
Las razones son claras: un parecido físico, una expresión, una manera de mirar, la voz, la manera de hablar, la coincidencia en los gustos, etc. Cualquier tipo de similitud puede despertar esta sensación de que te encuentras frente a una persona desplazada.
Tengo un alumno, por ejemplo, que se parece extrañamente a un compañero que tuve en 1° medio y, a pesar del entrañable parecido físico, los gestos y la voz, comprendo perfectamente que no se trata de la misma persona. La confusión se reduce, en este caso, a una frecuente dificultad de recordar su nombre y a la frecuencia con que me tiento a llamarlo "Diego" aun tres meses después de aprender perfectamente su nombre real. Pero él no es una persona desplazada, no, es solamente una persona similar.
Las auténticas personas desplazadas tienen una pequeña gravedad. En "Una flor amarilla"el hombre desplazado nos señala que "cualquier cosa que hicieran el resultado sería el mismo, la humillación, la rutina lamentable, los años monótonos, los fracasos que van royendo la ropa y el alma, el refugio en una soledad resentida, en un bistró de barrio." Tememos por esas nuevas versiones. Nos perturba la posibilidad de que la historia se repita una y otra vez, se quiera o no, se intente o no evitarlo. No nos resignamos al determinismo, sin embargo le tememos conscientes de su posibilidad.
De esto conozco un caso. Una persona que tiene tres nombres distintos, tres edades, tres ocupaciones, tres rostros disímiles. Cuando conocí al primero no noté nada particular en él (error, pero al menos nada que presagiara su desplazamiento). Cuando conocí al segundo tardé un par de semanas en notar la relación que, sin embargo, resultaba tan evidente (la misma carrera, la misma personalidad, la misma manera de vestir, etc.). Pero cuando conocí al tercero me perturbé de verdad. Bastó nada más verlo para caer en la cuenta de que era el segundo... y un mes después saber que era, además el tercero. Y éste es el que me preocupa de verdad. Que el segundo se parezca al primero no le importa a nadie, ¿pero tres? ¿No será mucho? Además, si las teorías son ciertas y el futuro es volver al inicio y el determinismo vence sobre la voluntad, entonces el tercero lo pasará bastante mal.
Por supuesto lo anterior tiene mucho de literario en el estricto sentido de ficcionalidad (nunca ha sido mi intención escribir literariamente, porque para eso hay grandes escritores y yo soy profe y nada más). Lo he contado mucho más dramático de lo que realmente es, pero la sensación es real, la física cuántica y el cuento de Cortázar también, y las personas desplazadas tienen nombre y rostro, además.


PD. tengo que aprender a escribir cierres, nunca pude hacerlo en letras y me temo que nunca aprenderé. Le preguntaré a mi doble cómo lo hace ella...

miércoles, 8 de mayo de 2013

Ser la profe hot

Y bueno, hace años atrás habría pensado que la profe que, como decirlo sutilmente, "inquietara" a sus estudiantes debía ser una provocadora cualquiera que, por medio de un uso constante de minifaldas, hot-pants, bucaneras y escotes profundos, causara toda clase de revuelos en sus estudiantes.
Consecuentemente con mi convicción, me hice de un guardarropas relativamente formal que incluye una serie de pantalones de tela y blazers, con las tan poco seductoras blusas abotonadas. Sin embargo, el fenómeno de "la profe hot" me alcanzó aparentemente, lo cual me lleva a pensar que, al parecer el "inquietar" a los estudiantes no depende, en realidad, de la manera en que una profe se vista o se comporte.
En varios de los casos de compañeras recién salidas de la u se ha producido lo mismo, y no es que ninguna de nosotras nos estemos vistiendo de personaje porno precisamente. Así que aquí va mi teoría:
Adolescencia masculina, entre los 13 y los 18 años. Estado hormonal: caótico. Madurez cerebral para enfrentar temas relativos a sexualidad: insuficiente. Presencia de sujetos del sexo contrario: constante. Elemento de quiebre: la novedad.
Estos pobres críos se encuentran rodeados de las mismas mujeres (compañeras y profesoras) desde siempre, de modo que están relativamente acostumbrados. Ahora, ya que el caos hormonal debe liberarse de alguna manera, cualquier presencia de alguna chiquilla extraña podría ser objeto de interés. Sumemos a esto la proximidad de edad y.... voilá.
No hay que ser guapa, no hay que vestirse hot, no hay que tener "la actitud".
Lo único necesario es ser mujer, y ser nueva... y listo. Caos hormonal.

lunes, 15 de abril de 2013

Lorca strikes again

En la vida son pocas las personas que están conformes con lo que tienen y lo que son. La gente dice que las mujeres somos todas iguales y que si tenemos el pelo negro lo queríamos rubio, y si lo tenemos liso lo queríamos crespo y si somos guatonas queremos ser flacas y que en realidad ninguna mujer se va a dejar de quejar nunca en su vida. Pues bien, no somos "las mujeres", somos todos, en realidad.
Por un lado el inconformismo es el mal necesario para un bien mayor. Si estuviéramos todos tan cómodos con todo en la vida, entonces no avanzaríamos en nada, porque ¿Cuál sería el punto?
El problema es que a fin de cuentas el inconformismo es como la orilla del río que traga y traga agua y nunca sacia su sed. ¿Querías ser más inteligente? Bueno, ahora te faltan amigos... y si lo que te faltaba era plata ahora no tienes tiempo, y si lo que querías era el tiempo, ahora te alta entretención, y si lo que querías era entretención ahora te falta sentido, y si lo que querías era sentido, ahora te falta esperanza, y si lo que querías era esperanza, ahora te falta razón, y si lo que querías era razón, ahora te falta impulsividad, y si lo que querías era impulsividad, ahora te falta estabilidad, y si lo que querías era estabilidad, ahora te sobra rutina y, en fin... la cosa es de nunca acabar, verdad?
Aunque tal vez el problema no sea ese, sino que uno sabe quién, qué le conviene y qué quiere, pero casi nunca las tres cosas son convergentes. A veces, no se, uno es malo para los deportes, quiere ser jugador de fútbol, pero le conviene estudiar leyes... y así.
Y tarde o temprano hay que elegir una de las tres cosas: soy quien soy, seré lo que quiera ser, o seré lo que me convenga más. Y elija lo que elija siempre quedará la duda: "y que tal si hubiese..."
De una mente llena de ilusiones habrá que escoger entre lo lógico, lo fácil y la ilusión y siempre iremos trastrabillando entre una decisión y otra hasta que, con un poco de suerte, podamos mirar atrás y decir "Todo calza... pollo" o no.
Bien lo sabía Lorca y obligó a la Novia de Bodas de Sangre a decirlo por el, cuando rompe a clamar diciendo:
"Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Y yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua, frío, y el otro me mandaba cientos de pájaros que me impedían el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien!; yo no quería, ¡óyelo bien!. Yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos!"
Yo soy la mujer quemada, el era lo conveniente, el otro el que maniataba el deseo.

Trabajo, carrera, familia, sexo, residencia, amigos, romance, colegas, inversiones, todos, todos por una razón u otra nos hemos partido en tres y preguntado ¿Por qué lo hice todo al revés?

En ese momento hay que prender el computador, meter un DVD y ver Valiente, esperar a que, cuando los niveles hormonales se normalicen, mirar alrededor no sea doloroso y podamos decir con calma "Todo va bien".

lunes, 8 de abril de 2013

Profes... pobres pero poderosos

Para los que no saben, soy una persona adulta. Que querrá decir con esto, se preguntarán ustedes. Bueno, me levanto todos los días a las 6 llego al colegio a las 7.30, esta vez no para hacer como que aprendo, sino para enseñar. En el colegio voy a hacer clases, invento pruebas, las corrijo, pongo notas, anoto en el libro a los que se portan mal, hago callar a la gente cuando dicen algo, pero no es chistoso, en fin, me convierto en una dictadora. Y de alguna manera u otra me sobrepongo al sueño día a día y después de una cantidad razonable de jornadas aparece una suma de dinero poco cuantiosa en mi cuenta del banco. Es decir, trabajo.
Y no tengo un trabajo cualquiera...
Soy profesora.
Soy profe...
la vieja...
La vieja de lenguaje.
Y sopesando todos los pros y contras, en realidad, soy bastante feliz. Los chicos dicen y hacen estupideces que me hacen reír y de vez en cuando aparecen con alguna genialidad que ilumina el día. Además, por cercanía de edad es divertido "jugar al profe" en horas de clases y tratarlos como cualquier otra sabandija el resto del tiempo.
Pero vamos a lo que nos convoca.
Recientemente he descubierto que, si bien los profesores no gozamos de un poder económico-adquisitivo que nos sitúe en el vértice superior de la pirámide social, tenemos un súperpoder que ya querrían los grandes empresarios de este país (si es que no lo tienen ya): creamos realidad.
¡Fíjense!
Tengo alumnos en 7° básico que están más perdidos que cuico en Lampa. No saben mucho de lo que tengo que enseñarles (ese es el punto de enseñarle algo a alguien, no?) y aceptan con una fe ciega todo lo que sus amados (y amedrentadores) profesores de media les enseñan. 
¿Qué el emisor es el que manda el mensaje? ¡Aprendido!
¿Qué Chile está entre los paralelos 17°29' y 56°32' Sur? ¡Así sea! 
¿Qué Roman Jackobson inventó el esquema comunicativo? ¡Aleluya!
¿Qué la hipotenusa al cuadrado es igual a la suma del cuadrado de los catetos? ¡Alabado sea el altísimo!
¿Qué Bohr descubrió la configuración electrónica? ¡Amén!
Y en fín. Todo lo que decimos es regla, la regla se aprende y lo que se aprende se cuenta.
¿Alguien había pensado alguna vez el potencial de este súperpoder?
Imaginemos lo siguiente. Entra el 7° básico y deben leer (por alguna razón desconocida) el "Romance de la luna luna" de Federico García Lorca. Alguno de ellos me pregunta ¿Quién es este señor? y yo osadamente le respondo "Es un uruguayo que murió hace 8 años y que le gustaba escribir sobre la influencia del rock pop argentino sobre las grandes temáticas latinoamericanas por medio de la figura del gitano en España"
VOILÁ!!
Nadie nunca notaría mi mentira y los chicos crecerían pensando que Lorca es Argentino y que el niño del romance representaba a... no se... Cerati. Y así generación tras generación enseñaría esto hasta que la información se difundiera everywhere y lentamente Lorca, la Guerra Civil Española, la xenofobia, la muerte y la luna lunera quedarían en el olvido.
Y tal vez "It scaled quickly" pero si fuera lo suficientemente carismática... ¿por qué no? 
Además, no es tan distinto a una de las principales funciones que ha tenido la educación dentro de las escuelas durante siglos. Escuela y estado siempre han tenido una vinculación media siniestra. ¿Qué enseñamos? Lo que está en el currículum nacional. ¿Y quién lo determina? Pues, un equipo de especialistas. ¿Y quién los escoge a ellos? El gobierno de turno. ¿Y por qué ellos? Porque comparten ideología. De modo que el currículum no solo prescribe los contenidos a enseñar en la educación formal, sino también un montón de contenido ideológico que se transmite de año en año, pero en una escala mucho más global que mi plan maligno de malgastar a Lorca.
Así que bueno, ni modo. Los profes no ganamos mucha plata, eso bien lo sabe todo mundo, pero si tenemos nuestra cuotita de delirio de poder.Y el que no me crea... pregúntele si Crepúsculo es literatura o no a mi 8°... explotarán sus mentes y sus traseros.