Lorca tenía los ojos verdes

Le he estado escribiendo cartas a Lorca. Si, a Federico García Lorca. No, no me responde (gracias a DIOS, que miedo...).
No se, es que estaba súper triste y avergonzada y con ganas de que me pasaran cosas malas pa tener una razón pa andar tan angustiada durante esas hermosas clases de española en las que hablamos de Llanto por Ignacio Sanchez Mejías y Romancero Gitano. Y bacán po! porque ahí me enteré que el poeta que escribió los versos que me enseñó mi papá en mi infancia era uno de los artistas más bacanes que hayan existido nunca.
Para los que pensaban que era de ese tipo de personas que escribe cosas del tipo "Verde que te quiero verde" solamente están más equivocados que... eso mismo. Resulta que este compadre no solo escribió este versito sino millones más que... bueno, todos saben que la poesía no es mi razón de vivir precisamente... que hasta a mi me gustaron. Además se mando sendas obras de teatro, onda Yerma y Bodas de sangre, súper súper súper terribles y choras porque cruzan la idea de tragedia griega con el problema de la pasión y... en fin. Me embale xD. Y además era músico (hay unas grabaciones locas por ahí del compadre tocando piano con más habilidad de la que un poeta que se precie de tal debería tener) y artista plástico (sus cositas en este punto no son de mi particular agrado pero... se lo perdono por haber escrito El romance de la luna luna).
Y por si todo esto fuera poco... dicen las malas lenguas que era el hombre más divertido y buena gente de la historia. De esas personas que todo el mundo quiere tener de amigo, de esos que conversan con todo el mundo... y lo peor... es que caen bien siempre. Resulta que este compadre se andaba paseando por toda Europa y América (sur y norte) haciéndose de amigos-fanáticos, recopilando canciones, metiéndose sin preguntar a las casas de los gitanos para protagonizar siempre las fiestas... en fin. Impecable el compadre.
La Rocío nos decía en una de sus clases que en Lorca habían confluido dos características que en general son excluyentes e irreconciliables: la genialidad y el buen humor.
Puede ser...
Una noche tuve tres sueños importantísimos. En los tres apareció Lorca. Tres temas capitales para mi. Tres problemas. Tres veces una coloración verdosa iba tomando protagonismo en la escena cuando la solución (o la resolución) aparecía.
En el primer sueño una señorita se me acercaba porque tenía que montar Bodas de sangre y como sabía que yo era media fan de Lorca... La cosa es que todos los problemas se resolvían cuando ella comenzaba a reírse a carcajadas de mi porque, con su mala ocurrencia de pedirme ayuda con Lorca, yo había pasado 20 minutos batiendo la lengua sin parar sobre los símbolos, Andalucía, etc. En el sueño, al verme en una situación tan ridícula... no podía más que sumarme a su carcajada.
En el segundo sueño la aparición de una señora loca enlutada hasta los dientes que gritaba "BERNAAAARDA!!!!" con un perrito tipo pudul en la mano, facilitaba una conversación pendiente hace más tiempo que la cresta con otra persona. (La abuela, seguramente era María Josefa de La casa de Bernarda Alba) .
En el tercero... y este lo contaré con más detalle en otra entrada porque esta fantástico (en el sentido más plenamente literario de la palabra)... el verde se apoderaba de la escena en que la muerte me prorrogaba mi propia muerte una semana más.
Sobre todo este último sueño me dejó pensando.
Obvio, soñar que te queda una semana de vida da para urgirse un poquito
(a todo esto iba a morir el 2 de diciembre... así que ya no morí)
Porque... algunos dicen que Lorca era como era de bacán porque sabía que la muerte lo alcanzaría joven. Porque sabía que su vida era corta y tenía que aprovecharla bien. Dicen que volvió de Buenos Aires con una mirada tan llena de pesadumbre que cargaba la muerte misma.
Pensar tanto en qué habría pasado si efectivamente hubiese muerto el 2 de diciembre del 2010 me hizo...
...
...
bien?
no estoy segura... pero me dio unas ganas locas locas de escribirle a alguien que tuviera una urgencia por la vida, un hambre voraz por vivir, no por dejar la cagá probando de todo, sino una avidez por vivir.
Y no se me ocurrió nadie
Así que compré un lápiz de tinta verde (para honrar al genio) y me puse a escribirle a Lorca.
Anoche nomás me di cuenta de lo demente de la situación... porque... le dediqué dos cositas que escribí por ahí y de repente me puse a pensar en que tan freak sería que Federico García Lorca se apareciera en mi casa un día a buscar lo que le escribí.... Apresuradamente le escribí a pie de página: "que la simple idea de poseerlos te sea suficiente. No vengas a buscarlos porque la idea de tener a un muerto en mi casa me parece demasiado romanticona, aun viniendo de tu parte" (entiéndase romanticona al estilo del romanticismo... no se... español, alemán, por ahí).
Así que no estoy muy segura de querer seguir escribiéndole cartas a Lorca... sobre todo porque la idea de que algún día me llegue una carta de vuelta me aterra un poco...
En fin.